¿Los perros pueden comer pavo?
Encuentra alimento que se ajuste a las necesidades de tu mascota
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Puede resultar tentador compartir una suculenta tajada de pavo con tu perrito amante de la carne. Pero, ¿los perros pueden comer pavo sin peligro? Descubre el motivo por el que compartir tu carne de pavo no es lo más beneficioso para tu perro y por el que los huesos de pavo son un peligro para ellos.
¿Los perros pueden comer carne de pavo?
Puede que hayas notado que el pavo es un ingrediente frecuente en los premios y en los alimentos para perros. La carne blanca de pavo, sin piel y sin condimentar, cocinada debidamente es de hecho buena para los perros si se consume en pequeñas cantidades. El pavo triturado, siempre que no se le hayan añadido aliños o aditivos, también es perfectamente sano para los perros.
El problema de alimentar a los perros con pavo no radica en la carne en sí misma. Según el American Kennel Club, esta es la razón por la que no debes compartir el pavo con tu perro:
- La grasa de la piel del pavo puede causar pancreatitis, una enfermedad en la que el páncreas se inflama y se hincha. Además de causarle malestar y dolor a tu perro, puede provocar también complicaciones graves para su salud.
- Los condimentos que se añaden al pavo cocido pueden irritar los intestinos de tu perro y causar problemas digestivos, como vómitos y diarrea.
- A menudo, el pavo se sazona con ajo y cebolla, ambos tóxicos para los perros.
- La carne de charcutería, los hot dog de pavo y otros tipos de carne procesada contienen grandes cantidades de sal y conservantes que pueden resultar perjudiciales para la salud de tu perro y provocarle molestias estomacales. Puedes darle a tu perro carne procesada únicamente de forma esporádica y en cantidades muy pequeñas: por ejemplo, puedes utilizar un pedazo de salchicha de pavo para esconder una pastilla. Es perjudicial, e incluso peligroso, darle a tu perro cualquier tipo de carne de charcutería de forma habitual, según Top Dog Tips
Los huesos de pavo, ¿son perjudiciales para los perros?
Aunque es incuestionable que les encanta mordisquear y sobre todo huesos para perros grandes, en realidad ello puede resultar perjudicial para tu perrito, según AKC. Los huesos pequeños de ave, como los de pavo y de pollo, resultan especialmente peligrosos.
Mordisquear los huesos puede provocar:
- Daños a la boca y a la garganta
- Atragantamiento u obstrucción de la garganta
- Bloqueo intestinal
- Perforación de la mucosa gástrica o intestinal
- Estreñimiento o dolor al defecar
- Sangrado rectal
Para rectificar algunas de estas lesiones, como es el caso de la oclusión intestinal, puede ser necesario realizar una intervención quirúrgica de urgencia.
Mi perro ya se ha comido un hueso de pavo: ¿qué debo hacer?
Incluso pese a tus mejores esfuerzos por evitarlo, existe la posibilidad de que, en algún momento, tu perro se coma un trozo de carne de pavo prohibido o un hueso y lo engulla antes de que puedas detenerle. En tal caso, es importante no perder la calma. No intentes quitarle la comida de la boca, especialmente si es un perro propenso a la agresividad en lo que respecta a la comida. El AKC recomienda que, si sospechas que tu perro se ha comido un hueso, llames a tu veterinario para que te asesore. El veterinario te explicará cómo reducir el riesgo de que tu perro sufra daños.
Vigila de cerca a tu mascota. Si, unos pocos días después de ingerir el hueso, a tu perro le cuesta defecar o le duele al hacerlo, contacta inmediatamente a tu veterinario, ya que es posible que los fragmentos del hueso le estén causando irritación (rectal). Otras señales indicadoras de que tienes que acudir al veterinario son las siguientes:
- Letargo
- Pérdida del apetito
- Vómitos
- Estreñimiento o esfuerzo al defecar
- Heces sanguinolentas
- Abdomen distendido o hinchado
- Inquietud o dificultad para encontrar una posición cómoda
Si quieres que tu perro disfrute del sabor a pavo de manera segura, sin el riesgo de ingerir huesos o aditivos nocivos, dale un premio elaborado con pavo. Le harás igual de feliz y tendrás la tranquilidad de saber que su salud no está en peligro.
Jean Marie Bauhaus