Ver a tu fiel compañero perder mechones de pelo puede ser alarmante. Si has notado zonas calvas, adelgazamiento del pelaje o una caída excesiva, es probable que tu perro esté experimentando alopecia, el término médico para la pérdida de pelo. Pero antes de entrar en pánico, respira hondo. La alopecia en perros es un problema común y, en muchos casos, tratable.
Aquí te presentamos las causas más comunes, cómo se diagnostica y qué puedes esperar en términos de tratamiento.
En pocas palabras, la alopecia en perros es la ausencia o pérdida anormal de pelo en áreas donde normalmente debería crecer. Puede manifestarse de las siguientes formas:
La piel subyacente también puede mostrar signos como enrojecimiento, descamación, costras o hiperpigmentación (oscurecimiento).
Aquí es donde la cosa se pone interesante, porque la alopecia es un síntoma, no una enfermedad en sí misma. Las causas son tan variadas como las razas de perros:
Ante cualquier signo de alopecia, el primer paso es una visita al veterinario. No intentes autodiagnosticar o automedicar. El veterinario realizará un examen físico completo y, probablemente, algunas pruebas diagnósticas:
El tratamiento de la alopecia depende enteramente de la causa subyacente. Puede incluir:
Un Mensaje Final para los Dueños Preocupados
La pérdida de pelo en tu perro es una señal de que algo no anda bien, pero no es el fin del mundo. Con un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado de la mano de tu veterinario, la mayoría de los perros pueden recuperar su pelaje y, lo que es más importante, su comodidad y calidad de vida.
¡No esperes! Si notas que tu perro está perdiendo pelo, consulta a tu veterinario. Tu amigo peludo te lo agradecerá.